domingo, 10 de abril de 2016

Los platos etruscos del Grupo de Genucilia

Plato del Grupo de Genucilia del Museo de Rennes (Circa 350-300 a.n.e.)
Cuando hablamos de cerámica etrusca enseguida se nos viene a la mente la imagen del Sarcófago de los Esposos y de los maravillosos sarcófagos de terracota que este enigmático pueblo itálico nos legó como prueba de que para los rasenna (como se llamaban a sí mismos) la muerte no era el final, sino el principio de una nueva etapa: de ahí que los difuntos aparezcan felices y
vivarachos, con los ojos almendrados, la típica sonrisa boba (o etrusca) y un modelado propio de la escultura arcaica griega.
Sarcófago de los Esposos, Museo del Louvre
Enócoe etrusco (búcaro negro)
Sin embargo, los etruscos elaboraron cerámicas de excelente calidad, tanto las de tradición propia (desde las llamadas impasto - con desengrasantes minerales gruesos y decoración incisa- a los búcaros negros - llamados así por el color negro de su pasta, muy brillante  en su superficie, obtenido por reducción) como las de imitación griega.
Una de las tipologías típicamente etruscas que más han fascinado a los investigadores a partir de los años 50 del siglo XX son los Genucilia. Se trata de pequeños platos de no más de 15 cm de diámetro y 3 de altura, incluido un pequeño pie que le da aspecto exterior de frutero si no fuese por su tamaño. El nombre se lo dio un investigador en 1947, Beazley, por la inscripción que uno de dichos platos tenía escrita bajo el pie: P. Genucilia.
Los platos del Grupo de Genucilia son muy parecidos.

Genucilia del Louvre en vista de perfil
Además del tamaño y forma descritos, suelen presentar motivos pintados en negro u ocre muy oscuro sobre fondo generalmente claro o rojo. Estos motivos siempre se enmarcan en una estrella con los vértices en forma de onda o espiral, aunque varían en número (cinco, siete, ocho, nueve, etc.). Lo más característico es que el motivo central sea el rostro de una mujer de perfil mirando casi siempre a su derecha, aunque a veces aparecen  otros motivos, como un barco, figuras abstractas con geometría radial, etc., o algunos particularmente bellos e ingeniosos, como el caso de pescados como rayas que ocupan toda la zona central.
Plato de Genucilia con motivo central en forma de raya
No se sabe a ciencia cierta cuál era la función de estos platos. El hecho de que suelan aparecer en contextos religiosos, ya sean funerarios o en templos, nos hace pensar que quizás se usaran para ofrendas de alimentos, pero solo es una hipótesis. Lo único cierto es que aparecen en grandes cantidades hacia los siglos IV y III a.n.e., y aunque tienen origen etrusco lograron difundirse por todo el territorio dominado posteriormente por Roma, ya que se han encontrado ejemplares por todas las islas del Tirreno y en lugares tan alejados de los rasenna como la Cirenaica.
Lo que sí es curioso es comprobar cómo la Historia del Arte describe inmensos ciclos, de manera que los platos del Grupo de Genucilia nos recuerdan por su trazo y la manera de disponer los motivos decorativos a los piatti da parata renacentistas o, incluso, al trazo expresivo y rápido de nuestras cerámicas de Talavera de la Reina o Puente del Arzobispo.
Plato de cerámica de Talavera o de Puente
Típico plato del Grupo de Genucilia, Louvre

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