jueves, 26 de noviembre de 2015

La educación en la Alemania nazi.

La educación en Alemania e Italia durante el periodo fascista-nazi cambió varios aspectos de la educación que afectaron en gran medida a los estudiantes, variando muchos de los métodos tradicionales practicados hasta entonces. Esto afectó notablemente al establecimiento de una nueva simbología, establecida sobre todo en la moda, el modo de vida y los estilos sociales y culturales.

Durante los primeros años hubo en Alemania un importante crecimiento de las organizaciones juveniles no adscritas al partido nazi. Pero a partir de 1936 se prohibieron aquellas organizaciones que no fueran del partido. Finalmente, en 1939, "empezó a exigirse la afiliación a las Juventudes Hitlerianas de todos los menores de origen racial decente" [1] de manera obligatoria. Las Juventudes Hitlerianas tenían un sistema de adoctrinamiento que iniciaba a todos los jóvenes de la nación en un entrenamiento militar. Sus uniformes anulaban la individualidad y enaltecían el nacionalismo alemán y la doctrina ideológica nazi.


Así, se estandarizó la educación de forma igualitaria para todos los estudiantes; cambiaron las asignaturas a impartir, ofreciendo una enseñanza bajo los indicadores nazis; se usaron nuevos métodos de enseñanza, como el cine; la
relación profesor-alumno en su formalismo habitual desapareció; y la enseñanza tradicional mediante clases magistrales menguó ante las clases prácticas, muchas de ellas al aire libre. Las enseñanzas artísticas y la filosofía fueron eliminadas.

Si hablamos de los profesores, tenemos que decir que entre los pertenecientes a las generaciones antiguas había claras reticencias a aplicar los nuevos métodos nazis, mientras que por otra parte, las nuevas generaciones de profesores creían en estos métodos de enseñanza “era el fundamentalismo étnico, y no la doctrina nazi, el que proporcionaba una base común para unir a los profesores, una vez sus filas habían sido purgadas de acuerdo a criterios raciales e ideológicos[2]. Los profesores participaban en cursos docentes, mejorando las técnicas educativas del Estado nazi, lo que permitía el aumento de su control social.


En el fragmento de la obra literaria de Peter Neumann (Diario íntimo de un joven nazi, lectura recomendada) se puede observar claramente que los estudiantes alemanes de este periodo aceptaban sin reparos la nueva educación impuesta, y con ello, los nuevos ideales fascistas. No se paraban a pensar en replantearse el dogma nazi; éste era aceptado tal como era explicado y enseñado en la escuela o el instituto.

Veamos dos casos de esta educación fascista desde un punto de vista práctico y real, con dos problemas que aparecen en el libro de texto de matemáticas del joven Peter Neumann:
  • “Un Sturmkampffiger (el terrible bombardero Stuka, un avión de combate) va cargado, a la salida del aeropuerto, con doce docenas de bombas, cada una de las cuales pesa diez kilos. El aparato se dirige a Varsovia, sede del sionismo europeo. Bombardea la ciudad. A su salida, con las bombas y los depósitos de carburante llenos que contenían mil quinientos kilos de combustible, el aparato pesaba ocho toneladas. Al regresar de su purificadora misión, tiene todavía ciento treinta kilos de combustible. ¿Cuánto pesa el avión vacío?.” [3]
  • “El inmundo tratado de Versalles, firmado por franceses e ingleses, permitió que la plutocracia internacional robase las colonias alemanas. Por su parte, Francia obtuvo una parte del territorio de Togo. Sabiendo que el Togo alemán, provisionalmente colocado bajo la gestión del imperialismo francés, tiene cincuenta y seis mil kilómetros cuadrados y una población de ochocientos mil hombres, calcular el espacio vital medio por habitante.” [4]


Como conclusión, podemos observar que la escuela y los institutos de la Alemania nazi se encontraban altamente politizados por la cultura fascista, que no tiene otro objetivo más que el control social de la población a través de la asimilación de las mismas ideas para todos los habitantes.




[1] Claudia Koonz “La conciencia nazi”, Barcelona, Paidos, 2005. Página 188.
[2] Claudia Koonz “La conciencia nazi”, Barcelona, Paidos, 2005. Página 183.
[3] Peter Neumann “Diario íntimo de un joven nazi”, Barcelona, A.T.E., 1975. Página 28.
[4] Ídem 29.


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