jueves, 2 de diciembre de 2010

Pintura románica

Recordad que vimos en clase que la pintura románica estaba casi siempre supeditada a la arquitectura y que la solía cubrir por completo, ya que un edificio románico (sobre todo las iglesias) no se consideraba acabado hasta que no se pintaba. No sólo no se dejaba ni una pared sin enfoscar ni colorear, sino que incluso los relieves y la estatuaria estaban policromados.
Vimos que sólo había dos ejemplos de pintura que no fuese mural: los manuscritos iluminados (como el célebre Comentario sobre el Apocalipsis de Beato de Liébana) y los frontales de altar.

Precisamente hemos tenido la suerte de recibir vía Tuenti esta parodia de un frente de altar. Sin embargo, coñas aparte, podemos ver casi todas las características de un frontal de altar auténtico: un panel central alusivo al personaje a quien se dedica la advocación del templo, paneles laterales alusivos a su vida (en este caso son paneles únicos en cada lado, pero a veces están divididos en dos partes), línea nítida marcando los contornos, tintas planas, colores vivos y paleta escasa, estereotipación de gestos, desproporción, simbología cristiana (mandorla, alfa y omega, la Virgen como trono de Dios, etc.), etc.
Sólo hemos visto alguna pega: que los frontales de altar catalanes (que son los más frecuentes) no presentan ese paisaje estilizado (esto es más propio del románico del Camino de Santiago, recordad las pinturas del Panteón de san Isidoro de León), y que la buena de la Esteban parece más una Virgen gótica, del modelo de la Galactotrofusa (amamantando al niño).
Recordad en Historia de España, cuando estudiemos el tema de Carlos I y el Concilio de Trento, cómo esta imagen de la Virgen amamantando será retirada de la circulación por las nuevas concepciones religiosas, que alcanzarán como en ninguna otra época al mundo del Arte.

sábado, 23 de octubre de 2010

La Regla del 5


Uno de los problemas más graves que tenemos a la hora de enfrentarnos a cualquier cosa que suene a Historia es la cronología.
Muchos exámenes, trabajos o actividades que pudieran merecer un 10 por su calidad, redacción, etc., deslucen al no saber ubicarse donde deben. Decir, por ejemplo, que Velázquez vivió en el siglo X es lo mismo que estar a punto de ligarse al tío bueno del barrio y, en el momento crucial, lanzarle en pleno rostro una bocanada de aliento cebollero.
Sin embargo, aunque nos resulta siempre difícil retener fechas, existen algunos trucos mnemotécnicos para salir airosos de este tipo de situaciones: se pueden asociar fechas históricas con fechas de cumpleaños, con estaturas, con números de teléfono, etc. Uno de estos trucos es la “Regla del 5”.
La Regla del 5 consiste básicamente en recordar los acontecimientos más importantes que ocurrieron en los siglos múltiplos de 5:
Así, teniendo claro este esquema previo, es fácil situar de forma aproximada cualquier acontecimiento histórico.
Por ejemplo, aunque no sepamos donde situar el periodo helenístico del arte griego, sí sabemos que es posterior al momento cumbre de este arte y anterior al Imperio Romano. Lo ubicaremos, por tanto, en el siglo III a.n.e., aproximadamente. De igual modo, como sabemos que la invasión musulmana de la Península ocurrió después de la invasión visigoda y antes del apogeo de Al-Ándalus, debemos situarlo, más o menos, en el siglo VIII.
Por tanto, para dominar decentemente la cronología de la Historia no hace falta memorizar como loros, sino, simplemente, hacernos un buen esquema mental con la Regla del 5 y (eso sí) tener bien claro qué es lo que va primero y qué lo que va después (lo que suele llamarse Principio de causalidad).

miércoles, 6 de octubre de 2010

Roma en Toledo

Cuando en clase de Historia de España hablamos de Roma, parece que se trata de un mundo extraño, lejanísimo, algo que no tiene nada que ver con nosotr@s.
Sin embargo, lo romano es parte integrante de nuestra cultura, no sólo en cuestiones tan básicas como el idioma (nuestro hermoso castellano es prácticamente un latín muy modificado), la jurisprudencia, el derecho (nuestro derecho civil se basa en el derecho romano) o la alimentación (la dieta mediterránea tan cacareada es la dieta romana grosso modo), sino que también gran parte del patrimonio histórico-artístico del que sentimos cierto orgullo como toledan@s es netamente romano.
Por ejemplo, en el Barrio de Santa Teresa se conserva aún el solar del Circo Romano (aunque ahora en vez de cuádrigas sólo pasan máquinas segadoras de césped), del que aún pueden contemplarse in situ las escaleras de acceso a las gradas, algunas entradas y el relleno de los muros hecho con el gran invento constructivo romano, el hormigón (llamado opus caementicium).
 En el Casco Antiguo de Toledo también hay importantes restos romanos. Por ejemplo, se conserva el arranque del acueducto que abastecía Toledo y que traía las aguas del embalse de Mazarambroz a través de los terrenos que hoy día pertenecen a la Academia de Infantería. También se conserva la red de cisternas donde se almacenaba el agua (una de ellas, la del Callejón de san Ginés, es conocida por la tradición popular como la Cueva de Hércules).
También merecen una visita las termas romanas, situadas en la Plaza Amador de los Ríos, en las existe un centro de interpretación y a la que haremos, si Minerva lo permite, una excursión extraoficial.
Y saliendo de la capital, también encontramos restos romanos a porrillo: en Consuegra (la Consaburum romana), en Carranque (donde se conservan los mosaicos casi intactos de una villa romana), etc., etc.
No es necesario, por tanto, salir de nuestro entorno para disfrutar de la antigua Roma. En Toledo, cada día es una buena ocasión para dar un paseo por la Historia.

miércoles, 29 de septiembre de 2010


LAS HUELGAS EN LA HISTORIA

Hoy, 29 de septiembre de 2010, se va a producir un hecho que empieza a formar, por suerte, parte de nuestras vidas: Huelga General. El derecho a huelga ha sido uno de los logros más costosos de los trabajadores. El caso es que esta forma de protesta tiene también su desarrollo en la Historia.
La primera huelga conocida se produjo en el Antiguo Egipto durante el reinado de Ramses III en el año 1166 a.C. Los obreros que construían su tumba se vieron obligados a reclamar sus derechos ya que tenían que abandonar sus escasos medios de vida para dedicarse a la construcción de dicha tumba. A pesar de que el sueldo prometido era alto, la corrupción y la decadencia del reinado provocaron el impago de los salarios, lo que llevó a la paralización de las obras por parte de los obreros como medio de presión.
También son conocidas las revueltas sociales en la Roma Antigua. Uno de los casos más significativos fue la rebelión de los gladiadores encabezada por Espartaco que, en cierto modo, fue la huelga de los esclavos que divertían al ciudadano romano en los anfiteatros.
Para informarte sobre la película "Espartaco", pincha aquí
Uno de los casos más curiosos se produjo en la época gótica. Los maestros de obras (antiguos arquitectos) transmitían de forma secreta los conocimientos de la geometría a sus ayudantes para poder realizar las construcciones. Los gobiernos de las ciudades pretendían que esos “secretos” fueran revelados para que las oligarquías urbanas obtuvieran ciertos réditos económicos. Los “maestros” decidieron parar y dejar crecer su cabello y sus barbas dejando a las ciudades sin catedral temporalmente. Ese aspecto físico poco casual en la época forma parte a partir de ese momento el propio de los sabios conocedores de la geometría. Al menos consiguieron el respeto social hacia su oficio.
El siglo XIX y XX es una historia triste de enfrentamientos, sangre y persecución. Pero eso es asunto para otro capítulo.

domingo, 26 de septiembre de 2010


LA MEJOR HISTORIA CASUAL JAMÁS CONTADA.

Las pisadas de Laetoli.


La Historia es una ciencia que muchas veces se basa en la casualidad del descubrimiento. Es decir, por mucho que nos propongamos, el ser humano es impredecible ya que existe en nuestro organismo una fuerte carga irracional. En ocasiones, los descubrimientos de la Historia, y más de aquellas épocas de las que se carece de información escrita y de la que simplemente tenemos vestigios físicos, muchas veces se basan en una casualidad. Es conocido recientemente el descubrimiento de una nueva obra de Brueghel el Viejo en el Prado que, en parte, se debe a la casualidad.

En Laetoli (Tanzania) se descubrieron las huellas de una familia de Australophitecus Afarensis que dejaron para la “eternidad” hace 3,6 millones de años. Este descubrimiento se debe a tres hechos casuales que se desarrollaron a lo largo de todo el tiempo transcurrido que paso a enumerar:
1) Necesariamente la zona por la que pasaron nuestros antepasados era un lugar de tierra húmeda en el que sus huellas quedaran marcadas en la tierra.
2) De forma casi inmediata, se produce una lluvia volcánica, la zona en la que se encuentra el yacimiento es de esta naturaleza, que provocaría la rápida fijación de las huellas iniciando el proceso de fosilización.
3) Tercero y no menos importante, que los miembros del grupo de excavaciones encabezado por el matrimonio Leakey (a quien se debe la interpretación de las pisadas) estuvieran jugando a tirarse excrementos secos de rinoceronte unos a otros y que al golpear en la cabeza de uno de ellos éste cayera de bruces sobre las pisadas.
Este golpe casual que se produjo en 1978 hizo que tuviéramos constancia del vestigio más antiguo de bipedismo homínido. Además, nos cuenta una escena tan sencilla como que dos homínidos caminaban erguidos seguidos por otro de menor tamaño que seguramente sería de sexo femenino. En un momento dado, en su camino, uno de ellos paró y giró su cuerpo para observar a su alrededor. Todo esto sucedió hace 3,6 millones de años y gracias a las pisadas y la casualidad lo conocemos.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Acupuntura urbana

La Demarcación de Toledo del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha está organizando un concurso llamado "Acupuntura urbana", dirigido a estudiantes de Bachillerato y con objeto de hacer palpitar el entorno urbano de Toledo con acciones artísticas denominadas "intervenciones urbanas".
Una intervención urbana no es otra cosa que la transformación del espacio urbano de manera que la realidad, lo cotidiano, se trastoca, surgiendo imágenes y objetos sugerentes y emocionantes allí donde sólo había ladrillo, asfalto y hormigón. Sus principales defensores son un disperso grupo de artistas de todas las nacionalidades agrupados en el Movimiento Contra la Realidad.

Las intervenciones urbanas más famosas son algunos graffiti que juegan con ilusiones ópticas (como las imágenes de pintura sobre el asfalto que colgáis en Tuenti) o disponen en el espacio urbano imágenes tomadas de la vida cotidiana pero sacadas de su contexto. Uno de los artistas contemporáneos más importantes en este campo es Banksy (podéis recabar algunas imágenes de intervenciones urbanas de este artista en un artículo de nuestro querido Luis Fernando Pareja, en el número 11 de la revista Toleitola).
 Sin embargo, no sólo se trata de graffiti o de expresión pictórica: la intervención urbana puede plasmarse en objetos, en esculturas, en sucesos o eventos sonoros... Una campaña promocional de turismo de la ciudad de Bilbao, por ejemplo, llenó de vacas pintadas por importantes artistas, en el año 2001, decenas de puntos de su área metropolitana.
 O, ¿por qué no?, también puede tratarse de sonidos que evocan a las personas que vivieron en el lugar cientos de años atrás, de esculturas andantes, de luces que estallan, de escalinatas cuyos escalones se van iluminando de distintos colores según los vamos pisando, de chorros de agua que salen a nuestro encuentro, etc., etc., etc. El único límite es la creatividad y la imaginación.
Por eso el alumnado de bachilleratoo de la Escuela de Arte de Toledo tiene que participar de una manera comprometida en el concurso Acupuntura Urbana.
Vosotr@s sois, por definición, l@s estudiantes del centro donde habita el arte, el talento y la capacidad creativa. Os animamos a que ocupéis Toledo, a que seáis arte y parte de esta hermosa ciudad a la que amamos y sufrimos.
¿A qué estáis esperando?

¿Qué es eso del Arte?

Como vimos en clase, nadie (ni la R.A.E.) puede definir de manera precisa qué es eso del Arte.
Porque, además, ni siquiera hay un consenso sobre lo que puede considerarse arte y lo que no. Para abrir un pequeño debate, os dejo este enlace (pinchad aquí) que resulta esclarecedor sobre los derroteros que está tomando el Arte Contemporáneo.
Después de echarle un ojo a la obra de Paul McCarthy o de David Nebreda, os aseguro que más de un@ pensará que los clásicos del cine Gore están al nivel de dureza que la Abeja Maya.
Buen provecho.

¡Manipulación!

En clase de Historia de España nos referíamos a lo importantes que son las fuentes a la hora de juzgar un acontecimiento histórico. Estuvimos viendo un spot bastante gracioso en el que un abuelete nos contaba cómo las circunstancias habían hecho que no apareciera en una de las fotos más famosas de la Historia, la que Charles Clyde Ebbets realizó en los años 30 y que mostraba el almuerzo de los obreros suspendidos en una viga durante la construcción del Rockefeller Center de Nueva York.
Citábamos también, como ejemplo, las dos versiones de la Batalla de Covadonga, una desde el punto de vista del literato e historiador árabe Al-Maqqari, y la otra desde el punto de vista cristiano, de la Crónica de Alfonso III. Aunque ambas fuentes hablan de un mismo hecho (lo que conocemos como "el inicio de la Reconquista"), está tratado de manera tan diferente que debemos pensárnoslo dos veces a la hora de admitir cualquiera de las dos versiones como verdadera.
Sin embargo, la manipulación de las fuentes no es algo del pasado. Es más, cuanto más nos acercamos a nuestros días, esta manipulación de la información se va haciendo cada vez más refinada y difícil de detectar para el ojo poco entrenado. Por ejemplo, es ya clásico recurrir como ejemplo a la foto de Lenin arengando a las masas que Stalin ordenó censurar eliminando a su competidor, Trotsky, literalmente, de la foto (más tarde se encargaría de eliminarlo también físicamente). Un trabajo digno del mejor Photoshop.

Pero tampoco es necesario hacerlo de una manera tan expeditiva. Son típicas las fotos de los políticos en campaña electoral con su aspecto mejorado o apareciendo al lado de los menesterosos, besando niños y niñas a tutti pleni y apareciendo como sesudos protectores del bien común. Felipe González, por ejemplo, pasó a la historia del márketing político al aparecer en los carteles de campaña a la presidencia del Gobierno con las patillas blanqueadas, de manera que su aspecto pareciera más experimentado, menos bisoño.
Y, para rizar el rizo, hay que fijarse también en lo que no dice la foto. Alfonso puso un ejemplo muy claro en clase: la foto del dictador Francisco Franco con el cardenal Tarancón. Cuando Franco aparecía en las fotos de las entrevistas oficiales con una mesa repleta de papeles, libros y documentos, el mensaje subliminal (recordad lo que vimos sobre las Leyes de la Gestalt en clase de Historia del Arte) estaba claro: Franco estaba trabajando día y noche por la nación, tanto que el trabajo se le acumulaba al pobrecico.
Por ello hay que estar siempre con el ojo avizor. Una vez más, hay que echar mano a la cultura popular: de lo que veas, la mitad creas.
Aplicaros el cuento.
Sobre todo, en clase.